Tres procesos célebres - Francis X. Busch

Espasa-Calpe. Buenos Aires, 1955. Rústica con sobrecubierta, 18 x 12 cm.; 207 pgs. Buen estado. Col. Austral, 1229. Una apasionante obra ofrece hoy al público la COLECCIÓN AUSTRAL. Se trata de TRES PROCESOS CÉLEBRES, y su autor, Francis X. Busch, goza de justo renombre como experto en asuntos legales, habiendo historiado tres procesos que en su momento no sólo alcanzaron vasta resonancia en el mundo de la criminología, sino que conmovieron a la opinión pública, pudiendo ahora seguirse todas las vicisitudes, derivaciones y consecuencias de cada uno de los respectivos sucesos. Francis X. Busch maneja un estilo directo y conciso y a la vez impregnado de un particular efectismo que emana, precisamente, de la imparcialidad con que muestra los hechos y sus se cuelas. En el primero de sus expedientes el juicio que por rapto, violación y muerte de Madge Oberholtzer, acaecido en 1925, se le siguió a D. C. Stephenson, quien era nada menos que El Gran Dragón del famoso Ku-Klux-Klan del Norte, la poderosísima sociedad secreta que con motivo de este escándalo comenzó a debilitarse perdiendo mucha de su misteriosa influencia. Verdadero caso de doble personalidad, hipócrita puritano y moralista durante el día y sádico libertino en la sombra de la noche, Stephenson quiso eludir el castigo, como se desprende de los altibajos provocados por la lucha de ambas partes -las pericias médicas consiguieron plantear un enigma que todavía subsiste , y sólo la voluntad férrea del padre de la víctima, y la honestidad de un fiscal, consiguieron que la justicia no fuese burlada. El segundo caso describe el crimen cometido en Chicago, en 1925, por dos jóvenes -dos adolescentes casi-, Richard Loeb y Nathan Leopold, educados en pleno mimo y riqueza, y que acarician la idea de realizar «el crimen perfecto». La víctima fué otro niño de trece años, Robert («Bobbie») Franks, y el pozo de turbia perversidad, dislocado intelectualismo e increíble amoralidad juvenil que descubre las alternativas de este impresionante proceso constituyen unas páginas de la más moderna y estremecedora psiquiatría. Otro secuestro, tristemente famoso en el mundo entero: el del hijo del coronel Charles A. Lindberg, niñito de veinte meses, robado de su cuna y asesinado por Bruno R. Hauptmann completa este volumen de lectura intensa e interesantísima y que bajo el signo de la más estricta realidad logra sobrecoger el ánimo superando, con sus hechos, o cualquier ficción del más imaginativo de los escritores de historias de crímenes. #OB-040501